Hoy en día el mercado laboral se caracteriza por la palabra ‘competencia’. Esto hace que los procesos de selección de personal de las empresas se hayan convertido en procedimientos sumamente complejos que implican gastos y recursos significativos de la empresa. Sin embargo, han surgido a su vez numerosas consultoras especializadas que asumen estas complejidades para así simplificar el funcionamiento de su empresa.
Es dentro de estas consultoras donde muchas veces entran los headhunters, traducción al inglés de ‘cazatalentos’, personas especializadas en encontrar los perfiles y candidatos más acertados para cada vacante que pueda presentar una empresa. Este método es ideal para los casos de perfiles escasos en el mercado y los puestos ejecutivos y directivos de una compañía, ya que el headhunting implica una búsqueda directa del perfil solicitado por la empresa cliente.
El proceso del headhunting inicia tomando nota del perfil requerido por la empresa, considerando detalles como su formación y su experiencia profesional. El headhunter a partir de ahí selecciona sus fuentes de reclutamiento, que pueden variar desde redes profesionales como LinkedIn hasta contactos en empresas de la competencia, para realizar así las entrevistas oportunas y elaborar un informe que transmite a la empresa cliente para que ésta determine con cuáles candidatos realizar entrevistas directas y así tomar la decisión final.
La principal ventaja de este proceso es que implica una reducción directa de los costes de reclutamiento y selección de personal debido a la subcontratación de este servicio, y a su vez permite garantizar la determinación de una persona realmente cualificada y adaptable a la empresa en el menor tiempo posible.